Para evitar el envejecimiento prematuro y tener una buena salud en general es bueno lograr un estado alcalino en nuestro organismo.
El PH es el “Potencial de Hidrógeno” de una sustancia y se mide en una escala de 1 a 14. Hay dos polos en la escala de PH: el ácido (por debajo de 7) y el alcalino (por encima de 7).
Como ejemplos, el agua natural tiene un PH de 7 y nuestra sangre tiene un PH de 7,38 a 7,42.
Si estos parámetros se alteran nuestro organismo no podría vivir, por lo tanto el cuerpo tiene que hacer lo imposible para mantener estables esos valores.
Nuestro cuerpo está formado por órganos, formados por tejidos que, a su vez, están formados por células. Las células son los “ladrillos” base de nuestro cuerpo. Si las células están sanas y bien nutridas, todo está bien. Para ello es necesario que funcione bien el intercambio de fluidos entre la célula y su medio, y que reciba nutrientes adecuados, que le llegan por la sangre.
En este intercambio son fundamentales los electrolitos, compuestos de sodio, potasio, calcio y magnesio. Si están desequilibrados, la célula no se nutre ni expulsa los desechos adecuadamente. Los electrolitos conducen electricidad y mantienen el equilibrio necesario entre la célula y su medio para que esta pueda absorber nutrientes y expulsar desechos adecuadamente.
Cuando hay un desequilibrio en los electrolitos se acidifica el entorno de la célula pues no puede filtrar adecuadamente los nutrientes. Un entorno ácido es lo que nos hace más propensos a desarrollar enfermedades.
Hay muchos factores que nos acidifican: la alimentación incorrecta, el estrés, los conflictos familiares, laborales y personales, el ruido y la contaminación, la electricidad, las radiaciones, las ondas…
Por todo esto, es fácil que siempre tendemos a tener el cuerpo ácido y que este, para mantener el PH de la sangre, tenga que recurrir a varios mecanismos de ajuste que afectan a nuestra salud irremediablemente.
Mecanismos de ajuste que utiliza nuestro cuerpo para combatir la acidez
Al ingerir los alimentos comienza la digestión con la salivación y masticación. El bolo alimenticio pasa al estómago, allí se descomponen las proteínas en aminoácidos, compuestos más simples que el cuerpo puede asimilar. ¿Cómo?
El estómago segrega ácido clorhídrico con agua y enzimas que descomponen el alimento. El ácido clorhídrico tiene una acidez de 1 a 1,5 es una de las sustancias más ácidas que se conocen, podría perforarse la piel y el hueso, pero el estómago está protegido por una mucosa especial para evitarlo.
El quimo es la papilla que se forma en el estómago, tiene una acidez de 1,5 a 2 y del estómago pasa al intestino delgado a través de la válvula píloro. En el intestino delgado se absorben el 90 % de los nutrientes pero su PH está entre 6 y 7. ¿Cómo alcalinizar una papilla tan ácida que podría corroerlo?
En el duodeno se inicia un rápido proceso de alcalinización: las glándulas de Brunner segregan sustancias alcalinas que de inmediato rocían el quimo. La base de estas sustancias es el sodio orgánico. El cuerpo no produce sodio orgánico, su única fuente son los vegetales que necesitamos ingerir.
Las glándulas de Brunner tienen una reserva de sodio orgánico limitada. ¿Qué ocurre cuando se les agota? Recurren a un “banco de sodio”. ¿Dónde? El estómago es el órgano que más sodio orgánico almacena. ¿Por qué? Porque está en la mucosa que recubre las paredes estomacales para protegerlo del ácido clorhídrico.
Así que las glándulas de Brunner, cuando agotan su sodio, recurren al estómago y le sacan sodio orgánico. Pero ¿qué ocurre con el estómago? El estómago detecta que le quitan sodio protector, de modo que baja la producción de ácido clorhídrico para que no se quemen las paredes estomacales.
Y ocurren dos cosas:
1) Se segrega menos ácido, se digiere peor el alimento.
2) La pared estomacal, con el tiempo, se va deteriorando.
Así aparecen el ardor y las malas digestiones. La persona deja de tomar ciertos alimentos porque “le sientan mal”. El médico suele recetar antiácidos que calma el síntoma pero no resuelve el problema. Con los años, las paredes estomacales se deterioran tanto que aparecen las úlceras. Y en casos graves, el cáncer.
Si el sodio del estómago se agota, las glándulas de Brunner recurren a un segundo “banco” donde se almacena mucho sodio orgánico: LAS ARTICULACIONES. Cuando el sodio comienza a ser extraído de las articulaciones se producen síntomas como el reuma, la artritis, la artrosis, dolores… Por tanto, la osteoporosis también es una de las consecuencias de la acidez. Por eso factores como fumar, que acidifica, es muchas veces la causa de la osteoporosis.
Cuando el sodio de las articulaciones también se agota, aún queda otro recurso: el hígado. El hígado puede fabricar una potente sustancia alcalinizante: el amoníaco. Pero el amoníaco es un veneno mortal que, una vez liberado, va intoxicando el organismo poco a poco hasta que muere, de uno u otro síntoma (cáncer, artritis, diabetes, hipertensión…).
Todo esto ha ocurrido en el cuerpo porque el medio era muy ácido y había una carencia de sodio orgánico. Las dolencias surgidas son síntomas de este desequilibrio ácido – alcalino.
De un exceso de ácido y una carencia de sodio orgánico surgen muchas de las que llamamos “enfermedades”. En realidad, son síntomas, consecuencias de la acidez. Por encima de 7, nuestro medio orgánico está sano. Por debajo de 7 está enfermo y podemos sufrir cualquier enfermedad.
Las bacterias, los virus y los tumores no pueden sobrevivir en un medio alcalino. Simplemente desaparecen o mueren. En un medio ácido, las bacterias, los parásitos y los tumores proliferan y crecen.
¿Qué puedes hacer para alcalinizar tu organismo?
Es necesario un proceso de:
- Desintoxicación
- Alcalinización
- Regeneración
La solución comienza cambiando nuestro estilo de vida y de alimentación. No es una moda ni un cambio temporal, se trata de adoptar unos hábitos saludables de por vida. “Lo que te cura, te mantiene sano. Que tu alimento sea tu medicina.”
Hay una serie de alimentos que son acidificantes que debemos reducir en nuestra dieta al máximo: El alcohol, el azúcar, la carne, los lácteos, la comida procesada y cocinada.
Estos productos generan dependencia, acabamos necesitando, pero nos aportan muy pocos nutrientes que puedan ser asimilados por las células. Son comestibles “vacíos” que aportan calorías. Pueden engordarnos y, en cambio, podemos estar desnutridos.
DESINTOXICAR
Los alimentos alcalinizantes son, en general, las frutas, las hortalizas y las semillas. Preferentemente crudas, si se pueden tomar así. Una dieta de alimentos vegetales y crudos ―frutas del tiempo, ensaladas y jugos naturales― es el primer paso para alcalinizar el cuerpo.
ALCALINIZAR
El principal productor de sodio orgánico que podemos encontrar es el apio. Tomar una planta de apio, licuado, por persona y día, nos ayudará a curarnos de la acidez. Podemos incorporar el apio a cualquier jugo vegetal.
Otros vegetales con alto contenido de sodio orgánico: brócoli, zanahoria, espinaca, aguacate, papaya, rábanos, repollo. Podemos ingerir todos estos alimentos licuados, de manera que nuestro cuerpo los puede asimilar íntegros y en pocos minutos.
Los licuados naturales con apio y otros vegetales, como manzana, zanahoria, remolacha, espinaca, acelga, limón, piña y naranja, son alcalinizantes y están llenos de nutrientes. Se les puede añadir polvo de algas o polen para enriquecerlos más.
Un buen hábito es tomar de 2 a 4 vasos al levantarse, con limón. El agua debe ser de baja mineralización, no del grifo. En las que venden embotelladas, que el residuo seco no pase de 50 mg. La mayoría pasan, ¡ojo!
REGENERAR
Al ingerir sodio orgánico y alimentos alcalinizantes se inicia un proceso de reparación.
- El estómago, con más sodio, podrá reparar su pared mucosa y producir más ácido clorhídrico, con lo que haremos mejores digestiones y nos olvidaremos de la acidez, las náuseas y las intolerancias.
- En el intestino delgado, los nutrientes, mejor digeridos, pasarán al torrente sanguíneo y llegarán a las células para alimentarlas.
- Las células, en un medio más alcalino y con más y mejores nutrientes, rejuvenecen y se fortalecen.
- El hígado y las articulaciones dejarán de sufrir presión e inflamación.
Estos son los pilares de una buena salud:
- Alimento
- Ejercicio
- Buen Descanso
- Mente y corazón calmados
Una muy buena opción para alcalinizar nuestro cuerpo es tomar complementos nutricionales que aporten minerales con capacidad alcalinizante para suplir los desequilibrios que se producen por la Acidificación. Entre estos complementos podrían estar el Aloe Vera, los citratos o las sales minerales como: magnesio, calcio, cobre, cromo…
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Creador de Gracias Perros!!!
Podólogo y enfermero en PodySport. Experto en Urgencias y en Enfermería del Deporte. Educador Canino y Experto en Intervenciones Asistidas con Perros.